Difficultad Fácil
60 Min
Aperitivo
6 Porciones
1
Preparamos la polenta: ponemos al fuego un cazo con 650 ml de agua, aceite, una pizca de pimienta molida y sal y llevamos a ebullición. Cuando el agua hierva, vertemos la harina de maíz poco a poco sin dejar de remover. Seguimos removiendo con una cuchara de madera durante unos minutos siempre en el mismo sentido, manteniendo la ebullición. Al cabo de 8 minutos, la polenta está lista. Ahora añadimos las hojas de tomillo y el queso rallado.
2
La vertemos en una bandeja pequeña, la nivelamos y dejamos enfriar.
3
Desmoldamos la polenta fría sobre la tabla de cortar y, con un cortapastas de Ø 3 cm y 3,5 cm de alto, formamos pequeños cilindros.
4
Envolvemos cada cilindro con media loncha de speck y cerramos con una hoja de salvia sujeta con un palillo.
